En el Centro Social de Novacaixagalicia (Praza Maior) y hasta el 8 de enero -pero desde el 27 de octubre, durante más de dos meses por lo tanto-, se expone el gran reportaje fotográfico de la fotógrafa estadounidense Ruth Matilda Anderson (Nueva York, 1893-ca, 1960). Es la joya del actual Outono Fotográfico. En la invitación al evento se leía: «O arquivo fortográfico máis amplio e completo de imaxes de Galicia é o que realizou Matilda Anderson entre 1924 e 1926 para a Hispanic Society of America de Nova York. Foi unha fotógrafa e unha etnógrafa que nos deixou en herdanza o relato visual dunha cultura que se perdía co relevo dos tempos». Justo en los felices veinte -años consagrados por su frivolidad histórica-, esa gran artista rescataba del paso del tiempo a la sociedad gallega de la época, llena de una humanidad en cierto modo arcádica, pese a su pobreza, pero sobre todo humana y humanísticamente auténtica.
En su folleto de programación cultural, la Fundación de Novacaixagalicia advierte sobre esta muestra: «Es la exposición más completa dedicada hasta la fecha a la fotógrafa norteamericana ? (que) viajó por toda Galicia ? con objeto de documentar exhaustivamente diferentes aspectos de la vida cotidiana gallega. Anderson recorrió innumerables aldeas, villas y ciudades y tomó unas cinco mil fotografías de iglesias, embarcaciones o carruajes, vistas urbanas, personas ejerciendo diferentes profesiones ? en lo que constituye una fuente de conocimiento etnográfico de incalculable valor».
Una fotógrafa documental
Anderson se caracterizó profesionalmente como una fotógrafa norteamericana especializada en proyectos documentales sobre arte y etnología. Precisamente, la fotografía documental nació en la segunda década del siglo XX sobre antecedentes de fines del siglo XIX, y perdió su campo de acción tras la segunda guerra mundial al, según Beaumont Newhall, ser sus principios absorbidos por el fotoperiodismo.
Fueron emblemáticos los reportajes de la Farm Security que siguieron a la crisis de 1929 en los Estados Unidos recogiendo testimonios sociales. Y antes, por otra parte, Susan Sontag considera como precedente del documentalismo fotográfico el libro titulado How the other Half Lives sobre los pobres de Nueva York publicado por Jacob Riis. Lee Fontanella dice: «Si podemos afirmar que la fotografía despegó con intenciones que fueron relativamente utilitarias más que artísticas, entonces podemos tal vez afirmar además que la fotografía documental está más cerca de los principios de la fotografía de lo que están otras modalidades fotográficas, debido al propósito mayormente pragmático de aquella». Y Susan Sontag afirma, a su vez: «La diferencia entre el fotógrafo como mirada individual y el fotógrafo como cronista objetivo parece fundamental, y con frecuencia esa diferencia se considera erróneamente la frontera entre la fotografía como arte y la fotografía como documento. Pero ambas son extensiones lógicas de lo que significa la fotografía: la notación, potencialmente, de cuanto hay en el mundo desde todos los ángulos posibles».
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